Este jueves, 19 de mayo, se cumplieron 15 años de una fecha histórica para el Real Valladolid. El 19 de mayo de 1996 el Real Valladolid firmó su mayor goleada a domicilio: 3-8 al Real Oviedo en el viejo Carlos Tartiere. Además, aquel partido fue el empujón final para firmar una remontada increíble desde el último puesto. 15 años después, el "Espíritu del 3-8" debe inspirar al Real Valladolid ante el Nástic para culminar la remontada hacia los "play off".
Temporada 95/96. Jornada 23ª. 24 de enero de 1996. El Real Valladolid pierde por 2-5 con el Valencia en Zorrilla. El club blanquivioleta queda hundido en la tabla, último con 14 puntos, a 8 del penúltimo, el Salamanca, que tenía 22. Ni el vallisoletano más optimista daba un duro por el equipo. Marcos Fernández Fernández, el presidente, recurrió a medidas drásticas: destituyó a Rafa Benítez, al que había dado toda la confianza del mundo a pesar de que los resultados no fueron buenos. La guillotina del banquillo era una solución a la desesperada.
Mientras Marcos Fernández Fernández convencía a Vicente Cantatore para que se pusiera al frente de la nave en busca del milagro, Antonio Santos dirigió al equipo en Compostela, con victoria por 1-3. Luego llegó Don Vicente y en Zorrilla se empezó a ver luz al final del túnel. Empezó la remontada. Poco a poco. Partido a partido, los jugadores que en la primera vuelta parecían de Segunda, se destaparon como buenos futbolistas y empezaron a cargarse de moral y rendir.
Así se llegó a la jornada 41ª, con el Real Valladolid en la posición décima octava, empatado a puntos con el Rayo Vallecano y el Albacete. Dos de los tres tenían todas las papeletas para jugar la promoción de descenso. El Real Valladolid jugaba en el viejo Carlos Tartiere con el Real Oviedo, que ya estaba a salvo. Unos 2.000 aficionados blanquivioleta se dieron cita en uno de los fondos del vetusto estadio ovetense, ya sustituido por el maravilloso estadio nuevo.
Una joyita, la entrada de aquel inolvidable partido.
Al descanso pintaba mal. El Real Valladolid perdía por 2-1. Pero en la segunda parte el equipo blanquivioleta fue un ciclón. César, Torres Gómez, Antía, Santamaría, Iván Campo, Juan Carlos, Quevedo, Peña (Benjamín, min. 82), Fernando, Raúl (Soto, min. 73) y Peternac fueron los jugadores que hicieron la machada de marcar siete goles en la segunda parte para lograr un triunfo sencillamente inolvidable. Al final 3-8, con 5 goles de Peternac (4 de penalti señalados por el colegiado Japón Sevilla) y 3 de Quevedo. Impresionante. La fiesta de la afición blanquivioleta fue increíble y muchos hasta perdieron la cuenta del resultado, y el señorío de la afición carbayona para quitarse el sombrero. Fue el comienzo de una bonita amistad entre las aficiones de Valladolid y Oviedo que todavía dura.
El Albacete aflojó ante el Racing (2-2), pero el Rayo no tiró la toalla (4-3), así que todavía el Real Valladolid tuvo que ganar al Real Betis por 3-1 en Zorrilla en la última jornada para certificar la permanencia, en lo que fue la culminación de una temporada memorable, con una remontada milagrosa.
15 años después, el "Espíritu de 3-8" debe ser un ejemplo para el Real Valladolid en una temporada que, salvando las distancias, presenta algunas similitudes con aquella 1997/1998, aunque lo importante es que al final, todo acabe en la Plaza Mayor...
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