Víctor llegó a Valladolid en la temporada 96/97...si, en aquella temporada donde Don Vicente Cantatore nos clasificó por última vez para jugar en competiciones europeas. Nacido en Mérida, y formado en las categorías inferiores del Real Madrid, debutando en primera división en la temporada 94/95 con el Tenerife.En su llegada a Valladolid, enseguida se ganó un puesto y un hueco en los corazones de la afición blanquivioleta. Su velocidad, su regate eléctrico, su inteligencia y calidad hicieron al pequeño delantero saltar a la palestra en el ámbito nacional. Grandisima delantera formó con Peternac, Fernando y con Rodrigo e incluso con Klimowich, Alberto López Moreno y Shoji Jo.
En su primera etapa en el cuadro pucelano, Víctor jugó 146 partidos anotando 38 tantos lo que le llevaron primero a ser llamado con la selección nacional, el 23 de febrero de 2000, ante Croacia de la mano de Camacho, empatando a cero dicho partido. Y como segundo premio, fichando por el Villarreal, y dejando una buena cantidad de millones en las arcas blanquivioletas, sin embargo, dicho traspaso sorprendió a propios y extraños en la capital castellana.
Tras su periplo por la Plana, Víctor volvió a Pucela con un nuevo reto, ayudar a su equipo a subir a primera en la temporada 04/05...y no lo pasó muy bien, sus continuos problemas físicos y su acoplamiento a la división de plata hicieron que el extremeño no diera sus verdaderas dotes balompédicas. Pero todo eso cambió con la llegada de Mendilibar, que le recuperó para el fútbol y junto con Don Joseba Llorente volvieron a subir al equipo a primera, formando una verdadera dupla atacante terrible.
En su vuelta a primera, Víctor volvió a demostrar que no le iba grande la categoría y junto con Llorente, de nuevo, dejaron al equipo en primera anotando un porrón de goles entre los dos. Sin embargo, la siguiente temporada no fué igual, volvieron los problemas físicos y nueva competencia: Haris, Canobbio, Pedro León...hicieron que se repartieran los minutos, sin embargo, el pequeño mediapunta tiró del carro cuando más lo necesitaba la institución y el equipo, haciendo un final de temporada mayúsculo anotando 5 goles importantísimos y dando la asistencia del gol de Aguirre aquella tarde en Sevilla no apta para cardiacos.El 21 en esta segunda etapa no era tan rápido, ni eléctrico, pero sabia donde moverse, y con su corta estatura era un gigante de cabeza y un auténtico artista en las penas máximas.
En esta segunda etapa como blanquivioleta, jugó 176 partidos anotando 52 goles. Sus desencuentros con Olabe hicieron que el de Extremadura saliera por la puerta de atrás. Ahora Cartagena disfruta de sus botas. El domingo 28, vuelve a casa, y su casa le recibirá como se merece: con una tremenda ovación.
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