Estoy convencido de que, desde que nací, estábamos destinados a amarnos. Me enamoré de ti en cuanto nos conocimos. Recuerdo perfectamente que era una maravillosa tarde de Septiembre. El plan de mi mañana era perfecto: Solamente ir a las ferias. Pero, por azares del destino, nos presentaron.
Tú, mi fiel amiga, con tu sonrisa mañanera, abrazaste mi corazón y no lo soltarías desde entonces. (Al menos, lo siento así.) Yo, desde ese primer momento, tuve el impulso natural de decirte lo mucho que me gustabas; lo mucho que te quería.
Y, aunque desde entonces hasta hoy, ha habido momentos de relación cálida y agradable, al igual que otros de tirantez y frialdad; nunca te di la espalda.
Procuro ser comprensivo y tolerante: lo juro. Procuro seguir creyendo en ti. Y, por supuesto, mi corazón lo tiene claro. Pero la cabeza es traicionera. Debo reconocer que, si no fuera tan romántico, tú ya estarías fuera de mi vida. Y no por tu culpa ni por la mía sino porque, por mis ojos de niño, vi como mis amigos, con sus novias a las que todo el mundo decía que eran más guapas y simpáticas que tú, sonreían constantemente. Un éxtasis continuo. Y lo sigo viendo.
Pero yo no te cambiaría jamás por ellas. Me da igual lo que digan. No te pido que me hagas sonreír, tan sólo, que no me hagas llorar.
Para mí eres perfecta tal y como estás; quizá sea el mundo el que no esté preparado para entendernos. Ellas son puro maquillaje. Ellas son una mentira. Ellas son los cánones de belleza que los medios quieren imponernos. No los asumí entonces, no los asumo ahora y no los asumiré jamás. Ellas son el Madrid y el Barcelona y tú, cariño, tienes muchos nombres: Valladolid, Oviedo, Numancia.
No eres fea como el dueño del bar de esta fiesta, el Señor Medio de Comunicación, quiere hacernos creer. Eres preciosa; pero estás cansada, ojerosa, humillada por culpa de las dos de siempre. Eres más dulce y más cariñosa. Tu grupo de amigos es mucho más reducido, pero, créeme, probablemente sean más fieles y leales. Por supuesto que ellas también tienen cosas buenas, pero, cielo, no puedes consentir que te pisoteen. Porque tú, vida mía, eres bella de alma y ellas son bellas de Photoshop.
sacado del foro de blanquivioletas.com
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