miércoles, 11 de julio de 2012

Lo que nos tocó vivir.

Muchas son las acciones, acontecimientos, sentimientos, anécdotas, sufrimientos, pasiones, emociones, uñas mordidas, rezos, pensamientos, noches en vela... que han pasado desde mi última entrada en este blog.

Lo dejé por el mes de Noviembre o Diciembre creo recordar, en una situación bastante complicada para el Club. 

Miroslav Djukic.
En lo deportivo. Djukic estaba todavía en plena fase de acoplamiento, de ideas y jugadores. Me acuerdo de que Balenziaga empezaba a jugar por la banda derecha -"¡qué osadía!", pensábamos la mayoría-.Rueda todavía no era "el Kaiser" de la zaga, sino todo lo contrario: tenía dudas con la marca, era blandito y regalaba balones fáciles. Victor Pérez estaba empezando a ser el titán en el que se ha convertido ahora -para muchos era un sangre fría, muy intermitente en el juego-. Y así podía seguir prácticamente con todos y cada unos de los jugadores que han integrado esta plantilla.

En la parcela económica. A los jugadores se les adeudaba ya tres meses por entonces. Todos pensábamos que el trabajo realizado hasta la fecha iba a ser estéril. Con el mercado invernal a la vuelta de la esquina, todo el mundo creía que la única solución era la venta de jugadores (Guerra, Óscar, Nafti). Incluso, la plantilla denunció que no cobraban, por lo que automáticamente se bloqueaba el mercado para poder fichar. Todo pareció estar en peligro: la plantilla, el posible ascenso y el Club. Además, Carlos Suárez no le quedó más remedió que acogerse a la Ley Concursal antes de que con el nuevo año cambiara la normativa de dicha ley.


Sisi, escondiendo el balón.
Pero, tras la victoria contra el Barsa B antes de las Navidades, y con el nuevo año encarrilando victoria tras victoria en el mes de Enero, todo pareció que empezaba a coger forma...Djukic fue un auténtico psicólogo para convencer a los jugadores de que la única solución para poder cobrar era subir a primera, y de no hacerlo, para que pudieran seguir en el escaparate del fútbol.

El Celta celebra su victoria en Zorrilla (1-2).
Pero llegó Febrero. Y con las incertidumbres económicas llegaron las deportivas...la derrota en Córdoba y el bache de juego hicieron de nuevo peligrar el proyecto...pero curiosamente, tras una derrota, la sufrida contra el Celta en Zorrilla hizo que el equipo se levantara, remontando en Elche y empatando contra el Almería de forma injusta. El equipo volvió a crecer...y empezó la persecución contra los celestes. A mediados de Abril, les habíamos metido 12 puntos. 

Pero nadie dijo que fuera a ser fácil. Tras dar un baño al Deportivo ante toda España con el empate de Manucho en el 94...el propio Manucho dió un punto al Hércules en el 95 el domingo siguiente. El Celta se ponía por delante de nuevo por el famoso "gol average".

Jofre celebra su gol ante el Cartagena.
Desde entonces, blanquivioletas y celtiñas comenzaron una guerra de desgaste...ninguno de los dos fallaba...y llegaba la hora de las remontadas en Zorrilla. La de la U.D Las Palmas con gol de Óscar, la del Cartagena con el gol de Jofre...y qué decir la del Mini Estadi, una obra maestra de fútbol ofensivo de los pucelanos ante un Eusebio primado hasta las trancas...demostrando el Pucela los auténticos #valors que le han llevado al ansiado ascenso.

Pero todo se decidiría en la penúltima jornada. El Real Valladolid no pudo ganar en la cancha del Alcorcón (2-2), y el Celta ganó en Tarragona, dejando el ascenso más que a tiro contra el Córdoba. Un empate valía a gallegos para subir y a los andaluces para asegurarse el play off.

Guerra celebra el 2-0 contra el Córdoba.
La Batalla final. Todo estaba en el aire los días previos a la eliminatoria. Un Córdoba muy crecido y el Valladolid posiblemente con la moral baja tras no haber subido de forma directa. Pero nada más lejos de la realidad, los de Djukic sacaron carácter y tras aguantar en El Arcángel, sometieron en un Zorrilla semi lleno, al califato de por entonces Paco Jémez.

Guerra anotando el 0-1 en Santo Domingo.
Y tocaba Alcorcón...si, aquel equipo y aquel campo donde se nos escapó el ascenso directo. Llegaban invictos, pero allí apareció el ejercito castellano del almirante Miroslav para que Javi Guerra pusiera con el pecho en ventaja al Pucela en la eliminatoria. Pero nada estaba hecho, en la vuelta, como bien dice Leo Harlem, todos con "el culito apretao". Sales puso el empate en la eliminatoria...Guerra puso el empate a uno en el partido...y tras más de media hora sufriendo...el resultado todo el mundo lo sabe.


La Guerra de las Cien Batallas concluyó con un SOMOS VALLADOLID!!

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