martes, 5 de julio de 2011

Suárez da un paso al frente.

Carlos Suárez, en la oficinas del estadio.
Nervios, tensión, angustia...todo era un mar de dudas lo que se respiraba en la ciudad, en los 11.000 fieles abonados a este equipo y más todavía en el corazón del Pucelanismo: En el José Zorrilla.

Los twitters de los seguidores echaban humo. Chus Rodriguez nos empezaba a relatar la llegada de Suárez e incluso nos colocó una cam para seguir la rueda de prensa. Antonio Encinas nos contaba la llegada del alcalde y del presidente de la diputación. Algo gordo se estaba gestando.

A la 13.15, con quince minutos de retraso, apareció Carlos Suárez, con traje, barba de varios días, tranquilo. Media hora antes, los empleados del club ya sabían la noticia que poco después iba a dar a conocer a todo el ámbito blanquivioleta. Escoltado por las instituciones locales a cada lado, Carlos Suárez comenzó dando las gracias por el apoyo recibido estos años a las instituciones, por lo que hacía pensar a todo el mundo que el "gestor" se iba a ir. Hasta que el guión cambió en un giro radical: "he comprado el 59 y pico de las acciones del club, por lo que me convierto en el accionista mayoritario de la entidad". El mundo se paró.

"el no tener un accionariado compacto, homogéneo hace que todo sea más difícil, por lo que he comprado todas estas acciones del club, para poder dotar de solidez y viabilidad a la entidad." El ya máximo responsable del club, vino a decir que con los accionistas -los grupos inversores madrileños- (hermanas Saraleguis y Gorka Marqués entre otros) era imposible trabajar y que estuvo apunto de irse y dejar el cargo.

Con esta acción, el club ahora sólo tiene una cabeza visible: Carlos Suárez. Que según las fuentes compró el paquete accionarial en 4.5 millones de euros y en un plazo de 15 años. Desvelada la incógnita de la entidad, ahora queda empezar a confirmar nombres y apellidos sobre el proyecto deportivo: Entrenador, Director deportivo, jugadores a renovar, altas y bajas. Puede que la ilusión vuelva a Zorrilla.

Bajo mi punto de vista, es una decisión valiente, atrevida y de una persona que vino para 3 meses y ya lleva 10 años y medio. Un hombre que ayer era un empleado más al que no le podían dejar trabajar sus jefes debido a que tenían al club como un juguete abandonado y el era un muñeco y que yo he criticado muchas veces. Hoy el empleado pasa a ser el jefe y seguro que por trabajo no va a ser. Lo que ha hecho, apriori, le honra...y esperemos que su bien sea el del Real Valladolid y el de todos los que amamos a este club.



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