El Valladolid gana con orgullo, lucha, brega y clase a un Elche apático que se encontró ganando antes del descanso con un gol de Pelegrín en el 47. Los de Bordalás volvieron a dar un recital de la poca vergüenza que les caracteriza. Sisi, el mejor del partido
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| Once inicial del Real Valladolid contra el Elche. |
Minuto 15 de juego, y sólo se habían jugado dos en efectivo. Así iba a caracterizarse la primera parte del partido de la jornada en segunda. Todavía estaba muy reciente aquella eliminatoria de play off donde el conjunto ilicitano eliminó junto a Amoedo Chas al equipo que por entonces dirigía Abel Resino. Ambos onces tenía pocos cambios con respecto a aquellos partidos del mes de junio. Y los ánimos estaban calentitos, como la mañana soleada que fue testigo de la batalla.
Djukic siguió contando con Balenziaga en el lateral derecho al igual que con Victor Pérez en la medular junto con Nafti y Rubio. Rueda volvió al eje de la defensa, con Marc, tras cumplir su partido de sanción.
En esta primera parte, el juego fue espeso, ninguno de los dos quería perder la batalla en el centro del campo, pero el único que quería jugar eran los blanquivioletas. Tras un gran centro de Nafti, omnipresente durante todo el partido, Guerra dió con su testarazo en el palo izquierdo del cuadro alicantino y un balón muy bien peleado por el malagueño, dejó a Víctor Pérez en ventaja y su tiro repelió en los puños de Juan Carlos, y su rechace se volvió a encontrar en las piernas del portero que hoy iba de rojo.
El colegiado, ninguneado a más no poder por el cuadro levantino, añadió tres minutos. Tiempo suficiente para que una falta que sólo vió el linier, hizo que Albácar -tan buen jugador como camorrista- pusiera el balón en la cabeza de Pelegrín, todo un portento por arriba para batir a Jaime. Descanso.
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| Posible penalti a Guerra. |
Todo cambió tras la reanudación. El Valladolid salió a por todas y en tromba, a cara de perro hacia la portería del Elche. Y fue cuando empezó el recital del colegiado al no pitar un penalti sobre Javi Guerra que podía haber sido la expulsión. Pero a los poco minutos, Nauzet pegó un misil que Juan Carlos no pudo blocar, el rechace salió largo y en el borde del área llego Don Ejemplo de Profesional y Compromiso - Sisi- para empalar el balón y colarlo dentro. Zorrilla explotó.
Nafti pudo poner el 2-1 en el luminoso pero su disparo se fue a escasos centímetros del palo. Y Ángel el 1-2 pero tiró muy mal cuando estaba sólo ante Jaime. Eso fue el aperitivo del éxtasis. Nauzet puso un centro como el sólo sabe a la cabeza de Marc, y este con sutileza y suavidad la clavó en las redes. Lo más difícil estaba hecho. Ahora había que aguantar.
EL Elche se dedicó a lanzar balones arriba, el Valladolid estaba cómodo y pudo aumentar la cuenta pero unas veces por el árbitro que se comió dos penaltis por manos y otras veces porque Guerra, Bueno y Marquitos no atinaron a culminar las contras casi siempre comandadas por Sisi.
Con el pitido final, los tres puntos se quedan en casa, colocan al Pucela sexto, y hunden más al Elche que sólo ha ganado los dos primeros partidos de la temporada. Esta victoria coloca al Elche donde merece estar, alivia la sed de venganza de los blanquivioletas y demuestra que con fútbol y orgullo todo es más fácil.
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EL CRACK: Sisi. Espectacular. Fe, compromiso, profesionalidad, lucha, brega, calidad. Autor del primer gol, volvió loco a Flaño.
EL DURO: Albácar. Patética su actuación. Encarándose con Nauzet, el línea, la afición y con todo lo que se movía. Gentuza como esta sobra.
EL DANDY: Nafti. Un pulmón en la medular. Subió, bajó, repartió en todos los sentidos. Pudo marcar un golazo.
VAYA DÍA: Palanca. Sólo se le vió para reírse de la afición local en el gol de su equipo. Palanca, recuerda, el que rie el último, rie mejor.
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El detalle: Albácar dedicó un numeroso repertorio de gestos a la afición. Al final del partido protagonizó una trifulca con Bueno.
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| Ese es el "gran" Albácar. |
Jordi Figueras, asistió al encuentro para ver a sus antiguos compañeros e hizo de adivino. "Marcará Sisi", y así fue. Cuanto se le echa de menos.
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